viernes, 6 de marzo de 2009

Hombre en pena

Estaba en su mirada, todo lo que en él quedaba de humano. Ella iba dirigida hacia la nada que describe un ser cabizbajo que a tientas sostiene ese vaso de vino ya feneciendo con la misma angustia que era ingerido. Así estaba un cuadro que podía ser pintado solo por un alma muy comprensiva; pues solo esa virtud era la que lograba describir la escena.
En un mostrador, su cadalso de elección, desplegó sus penas sin hacerlas palabras... solo mirada.
El vino que ahí se balanceaba de vez en cuando se hacia amigo entrando en su garganta producto de un movimiento no tan mecánico, sino mas bien meditado y pensado, como si de una puntada quirúrgica al corazón se tratase. De este modo el vino era menos liquido y mas amigo, menos materia y mas esencia, mas sustancia y hasta, quien sabe, divinidad.
Pero aquí no había un amor despojado de sus expectativas, un amigo que abandona sin escrúpulos la definición de lealtad, una empresa que fracasa o un país que entrega su identidad a otro. A esa mirada no la habían forjado cosas en las cuales el entendimiento cotidiano se puede alojar cómodamente y así, muy fácilmente, asentir mecánicamente exigiendo esperanza al victimario de tales cuestiones mencionadas. Acá la cuestión era no tan aguda, no tan simple.
Pareciera que esa mirada le habían estado sumando durante toda una vida muchos kilos de amarguras.
Pero yo podía dejar de mirar, dejar de ser un enojoso admirador del sufrimiento; mas no...no era humano dirigir la mirada a aquella mujer, a aquel dictador televisor que invitaba a fanáticos del fútbol a esa final de la copa América. Debía contemplar la intimidad de lo físico; la observación de lo menos material del hombre; la mirada y las palabras. Estando estas ultimas ausentes, solo quedaba la primera como afirmación de sentimientos ajenos.
Ya con la intriga arrebatando mis riñones, me levante y fui a preguntar.

- Oiga amigo, estuve mirando que anda medio preocupado, y la verdad es que me agarraron ganas de saber que le andaba pasando...si no le molesta, me puede contar que pa escuchar soy mandado hacer- dije sonriendo amablemente como para no parecer entrometido.
- Eh, no tabien...no pasa nada hermano, cosas de la vida ¿Vio?
- ¿Algún problema con la patrona?- me anime a indagar frunciendo el ceño con la picardía de aquel que se jacta de conocer a las personas.

Ahí mismo realizo un paroxismo resoplando y levantando flojamente los hombros como aquel que se quiere sacar un loro del hombro. Pensé que había dado en la tecla, pero súbitamente empezó a negar rotando mucho la cabeza e inclinando, muy pensativamente, el vaso que ya no tenia mas que un culito de vino.

- Usted comprenderá compañero - dijo de modo activo, como colaborando con mi terapia - que en la vida a uno le van cargando experiencias en la espalda y a veces parece que no se es tan fuerte como pa poder acarrearlas. Como una mochila ¿Entiende?

Por primera vez levanto la mirada y me miro a los ojos y note que eran de verdad tristes. No sabia que hacer; por eso, sabiéndome sensible comprendedor de analogías, le dije...

- Parece que a usted le han cargado unos varios kilos compañero- empecé medio jocoso como para desdramatizar la escena- mire yo tenia un amigo al cual se le murieron los padres una noche en un accidente de autos, uno de sus hermanos murió de cáncer y la mujer con la cual se caso, lo engaño con el vecino y ahí anda lo mas campante viendo el partido como si recién hubiera nacido- Y señale al Pilón, un amigo que realmente era un meado por manadas enteras de elefantes...y que, aun así, seguía con esa felicidad tan falsa que este tipo de personas tiene. Pero alegría al fin.
- Si, el partido- esbozo no tanto con su voz, sino mas bien su dolor que ya era parte de sus gestos.

Ahí nomás sentí que era un incomprendido y decidí atacar por la comparación mentirosa de mi vida con la de él...pero antes de que yo arranque con mi estrategia golpeo muy fuere el mostrador con el puño y lagrimeando grito, arrojando el vaso al piso;

- ¡¿Pero me podes decir como mierda un delantero, profesional, ídolo en el fútbol europeo se pierde ese penal contra Boca?! ¡La re putisima madre que lo remil parió!

Ningún vino divino, ninguna mirada y nada de comprensión. El penal se lo erró por que así es el fútbol y este hombre no sufría, sino que lamentaba lo que otros esa misma noche festejaban alejados años luz de mi descripción.


1 comentario:

  1. Muy bueno Toto!, Interesante cuento fontanarrosesco!! (si se me permite el calificativo).

    ResponderEliminar