El Ramerito

Era medio de nochecita cuando el eucalipto gruño. Yo me pegue un cagazo protuberante, mas no por eso deje de correr. Luego sentí que por entre el camino de tierra, en la obscura noche pampeana, a todo galope, venia el ser extraño que antes había gruñido. Cuando llegue a la tranquera principal de la estancia la “Controversia”, sentí que algo se prendió del garrón izquierdo, no tanto como una mordida, más bien como la abrazada de un petizo.
En eso saque el facón, y entre el tropiezo que pegue (porque la empellada del bicho me desestabilizo) no pude hincarle tanto como quería, solo le corte una oreja.
Cuando me fui de jeta al piso el bicho se metió por entre los juncos de una lagunita, que en verdad era un terraplén que dejaron las maquinas cuando arreglaron el camino. En eso me levante para darle muerte el condenado que se agarraba como ternero a la teta, de un manojo de juncos un poco más grueso que mi pierna.
Cuando me le acerco fue cuando chillo, pero no como antes en el eucalipto, ahora era como mas tiernito (¿vio?). Era mas simpaticón entonces le di un talerazo que lo deje mocho, me lo lleve por que estaba gordito y por ahí, en una de esas, salía sabroso al asador o adobado (para comer como fiambre).
Cuando llegue al rancho lo metí en un tacho de gasoil que tenía un poco de máis…le puse un chapa como tapa y un poste de quebracho colorado encima de la chapa por si empujaba para salir.
Al otro día a eso de las diez de la mañana, cuando volvía de carnear y despostar en la estancia, lo vi al Raulito (mi hijo de cuatro años) dándole hojas de eucalipto al bicho este.
Ahí nomás me le fui encima como perro nutriero al bicho y le pegue una patada en el culo que lo hice rechinar del dolor…medio del salto que pego y otro medio del impulso que le di en la patada se quedo prendido de la rama del eucalipto, donde teníamos colgada la hamaca del gurisito (el mas chiquito, nocierto?).
Cosa rara aquel bicho medio grisecito, tirando a bataraz. Vivió como un mes entero sin bajar del eucalipto, hasta que el Raulito lo bajo de un hondazo.
Cuando cayo me di cuenta que no era de estos pagos por que tenia un pedacito de bosta de murciélago australiano, luego por deducción campera me dije…”si es de Australia, y posee miembros plantígrados, es un oso…oso/Australia = Oso Koala”
Había leído, en un frasco de caña, que los animales estos son muy buenos como perdiceros…entonces salimos con el Raulito a probarlo. Pero donde lo junte con “el morcilla” (un cuzquito Terriér, de la mas bicharraquero), el koala se le fue al humo y le mordió en el garrón, el morcilla, que es bien guapo, lo pateó en la jeta (el Terriér puede patear como las vacas) y lo dejo medio turulo y desde esa vez ya no lo torea mas al morcilla.
Una cagada el bicho, que ahora se llama “ramerito”, (un poco por que se sube a las ramas de los árboles y otro poco por que se parece al patrón, Don Ramiro). Es muy pavote para juntar la hacienda y si no lo llevas enancado no resiste una recorrida larga…es bueno como guardián, eso si…el otro día al tipo que arrienda el potrero para la siembra, se le prendió del cogote cuando este quería pedir un poco de agua para los fideos. Lo que me reía, casi más por el susto del chacarero que por la hincada de dientes que le pego.
Le hice un collar trenzado que se le mojo y se endureció como mierda, por eso ahora esta todo pelado en el cogote y quedo medio fulero. Se le suma que es invierno y pelecho una pelusa media rojiza con unas cascarrias en el lomo que son de lo más ordinarias.
Ya lo hicimos acostumbrar a que coma carne y bofes por que me estaba pelando todo el eucalipto de tanto que andaba mordiendo por ahí…además estaba medio tullidito con tanta hoja.
Muy gracioso fue lo del domingo pasado que estaba la perra de Velásquez, el peón de la estancia la “Entusiasta”…y el ramerito la empezó a montar. Lo que me reía…además le estuvo dando como una hora seguida (arranco a la tardecita y ya era de noche cuando se subió a la rama del eucalipto).
Acá voy finalizando por que me tengo que ir a juntar el potrero del fondo, dado que mañana hay yerra. Lo voy a presentar al ramerito en sociedad y a ver que me dicen los compañeros sobre mi koala campero.