sábado, 7 de marzo de 2009

Comienzo, dialogo y amenaza

Debo comenzar estas letras un poco mas despacio, debo empezar como si estuviese terminando…como si el inicio brusco de todo no existiese. Debo comenzar sin comenzar. Ya esta, ni me di cuenta y empecé, estoy por el fin del comienzo que me enjuaga para seguir escribiendo.
Se que no debo detenerme, tengo que encausar a mis dedos y a mis ideas, pero antes es menester generar un terreno donde lo escrito lo realmente sentido no se encuentre tan solo.
Ahora si, un poco más cómodas están las letras. Podría ir metiendo algo de interesante en esto.
¡Que bien! Sigo en estos puntos y apartes, entre estas letras sin todavía concretar nada. Me doy gracia a mi mismo. ¡Que terquedad esta de seguir esperando que la corriente de letras exhiba casi inconcientemente alguna cosa ingeniosa, algo que valga la pena hacer en estos segundos casi tan viejos como los minutos!
Nunca voy a llegar en prolongar una escritura en lo eterno de las horas…claro que no. Por eso acá sigo contento pero insatisfecho, me siento como en la vida misma.
Mi vida se escribe al igual que estas letras, llenando de vivencias mis minutos, los cuales, en este preciso instante, no conducen a nada. Me río de nuevo por que “mi vivir” esta siendo espejado en estas ridículas letras que no hacen más que existir.
Clara es la similitud, escribo no lo que he vivido, sino el como estoy viviendo.
¡Ojo al piojo! Parece extraño pero al escribir estas cosas resulta, de pronto, como una analogía adecuada que responde a la disculpa que le debo al tiempo por llenarlo de nada.
Y si… continúan las letras, continúan los segundos ya casi empaquetados en los prolijos minutos los cuales me miran como diciendo… "¿Nos vas a usar o podemos seguir tomando mate con la cordura?”
Jajaja. Minutos vengan que los voy a llenar de escritura pedorra, no se alejen vengan a cebarme unos mates. Dejen a esa cordura ñoña.
¡Ah! que rico el mate de la vida… el mate del tiempo transcurrido. ¡Pero que bárbaro este otro minuto que se acerca! No es tan macanudo… ¿A donde va?
“¡Hey! Minuto… veni boludo, no te calentes ponete acá…eso es, listo.
Ves nabo no estas tan vació por lo menos ya me estoy encausando en algo mas o menos con sentido. Capaz que te pida que llames a aquel minuto que esta fumando un pucho por el patio…dale llamalo que te quedan quince segundos todavía para que te puedas ir.
Eso es. Gracias ya esta, ahora son cincuenta y nueve segundos y podes descansar con los demás.
Hola minuto nuevo. ¿En que andabas? Aha, mira vos…yo acá ando, muy bien. Estaba viendo que hacía de mi vida y mientras tanto tomaba todos los minutos que andan a mi alcance para escribirlos en la cara y en los pies.
Bueno vos ya estas envejeciendo, mira la barba que te salió. Debes andar por los cuarenta y largos. En fin, anda llamando a tu hermano ese que anda por ahí…apurate que te quedan cinco segundos. ¡Dale forro! Que si no llegas me quedo sin tempo y eso, para nosotros los humanos, es la muerte.
Dale por favor llamalo no seas garca.
¡Que placer! Puedo seguir escribiendo esto que ya creo que se me fue de las manos, o de la cabeza. Disculpen tengo que saludar al minuto que amablemente se acerco.
Gracias hermano, cuidate.
La verdad es que este minuto que paso era muy macanudo, debió haber pertenecido a algún filósofo ó a algún escritor. Digo esto por que no era como los demás. Era un poco mas calmo. Se ve que los humanos comunes maltratan sus minutos, pero este no…estaba muy feliz y bien alimentadito. Parecía dos minutos más que uno, no por lo gordo, sino por lo bien aprovechado.
Cuando llegaron el cinco y el seis me dijeron que andaban dos horas masticando mi queso en la heladera…me dio una bronca. Después me sorprendo de cuan rápido se me vence la comida.
Ya no soy el mismo del principio, lo que escribo tiene un compromiso con lo anterior y con lo que viene. Estoy contento por eso.
¡Epa! ¿Y esa gorda que viene ahí? ¿Que será? Ya se, es una hora ¡Como pasa el tiempo, jajajajaja!
Hola hora ¿Como estas? ¿Te quedas un rato? Claro que si, es como preguntarle a un río si esta mojado.
Che, contame como es eso de que el parcial de mañana va a durar como tres de ustedes… ¡Me quieren matar! Haceme el favor de decirle a la segunda hora de parcial que no pase y que se ponga en la cola de las horas nocturnas.
¡Bueno, no te enojes gordi!
Así estaba charlando cuando la cordura llego y vio que mi cerebro era un desastre. Se enojo mucho y empezó a patear a todos los minutos podridos que estaban tirados por ahí tomando Sol esperando a ser usados, en lo que ya se sabia iba a ser una tarea muy laxa.
Listo, la cordura ya se fue a dormir.
Tiempo, no me limes mas… dejáme a solas con mi escrito y con mis ideas, mira como se enojo la cordura, sabes que la necesito para la facultad. ¿De que te reís?
Bueno, hace una cosa…pasa, pasa que quiero ir a comer.
Y paso nomás. Pero de pronto cuando estaba barriendo mi cerebro con una siesta, paso algo loco… un destello recubrió la forma de un almanaque que me miro diciendo;
- Tomy, ¿Que haces?
- Me estoy amigando con mi cordura…pero vos no ayudas. ¿Quién sos?
- Mira, me vine desde el futuro para decirte que estudies y que no andes al pedo que tenes que ser un buen medico.
- Bueno, esta bien solo estaba jodiendo un rato…pero ¿Quién sos?
- No soy quien. Soy cuando.
- Encantado Cuando, yo soy Tomás García Balcarce.
- Ya se, nabo. Soy el año cuarenta y cinco.
-¿En serio? ¿Voy a vivir hasta los cuarenta y cinco?
- Llegaras a esa edad, pero ponete a estudiar que sino me voy con mis consecutivos y mis antecesores y te quedas frío acá nomás.
- Bueno, al pelo.
- No le faltes el respeto al futuro, estupido. Estudia, estudia, estudia.
Bueno queridos amigos acá estoy en mi escritorio con un montón de minutos de traje bien paraditos en fila que van entrando en mi cabeza con portafolios llenos de conocimiento. De vez en cuando agarro a una docena, los pinto de amarillo y los hago imaginación.
En fin soy una mejor persona, más cuerda, más normal. ¿Qué esperaban? Fui amenazado por mi futuro, aunque eso creo que les pasa a todos los hombres responsables.

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